EL TODO ES MAYOR QUE LA SUMA DE SUS PARTES

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miércoles, 21 de mayo de 2008

María San Gil, el PP y Adam Smith

Decía Sarah , hablando del Teorema Von Foerster que expusimos en la última entrada, que la tendencia de fijar las cosas en su lugar para asegurar el trabajo del conjunto debe ser controlada. Y continua:
La cerrada expresión de grupo se logra a expensas de la libertad, la expresión o la influencia individual y los implicados se rebelan con frecuencia.(...)
(..)Por supuesto que el liberalismo aparece precisamente para reaccionar contra un sobre control tan cerrado y anticreativo. La metáfora central del liberalismo es el contrato social,un recurso novelesco a través del que los individuos libres e independientes acuerdan un muy mínimo monto de cooperación necesaria,mas allá de la cual,cada persona está libre de cooperar o compartir en virtud de sus propios y mejores intereses.
En una sociedad liberal ideal (XVII y XVIII),cada uno de nosotros es visto como un ser separado.Cada uno de nosotros posee una libertad máxima para lograr sus propios fines,y tiene garantizado el derecho a una libre comunicación con todos los otros seres asimismo separados.Más aún,no se cree que ninguno de nosotros piense en nada excepto en nuestros propios propósitos. Nada tiene ningún motivo más importante para servir al bien del todo. De hecho, el todo,la sociedad,sólo existe para facilitar nuestros fines y propósitos individuales.
Sin embargo, el liberalismo afirma que de alguna manera,de forma misteriosa,nosotros,individuos libres, logramos una armonía natural de intereses. Cada uno, gracias al seguimiento de sus vicios privados,servirá al beneficio público involuntariamente y casi misteriosamente. En este pensamiento se basaba Adam Smith cuando hablaba de una mano invisible que guiaba los fines egoístas de un capitalista de mercado libre. A pesar de sí mismo,el capitalista ideal de Smith servía a los intereses que estaban más allá de los suyos propios: “Por cierto,el no intenta promover generalmente el interés público,ni sabe cuando lo está promoviendo (...)Sólo busca su propia ganancia,llevado de una mano invisible que elabora un final que no formaba parte de sus intenciones”
Tanto para Smith ,como para otros liberales clásicos, era crucial que el individuo siguiera sus propios intereses.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Viñeta sobre la marcha de María San Gil

Anónimo dijo...

Vaya, esto de la sociedad cuantica suena interesante. Soy liberal, y siempre he concebido al liberalismo como algo integrador, algo así como la democracia que te dice que todo vale siempre que dejes que lo del otro valga.

En ese sentido me interesa saber, primero, si esta sociedad cuántica no puede ser perfectamente una organización dentro de un régimen liberal, como un régimen liberal es una organización dentro de un régimen democrático.

Cómo el liberalismo sólo dicta derechos (y no moral, es decir, no fomenta el egoismo como algunos creen) me pregunto: ¿Hay alguna contradicción entre los derechos que el liberalismo dicta y los que dicte una sociedad cuántica?

Anónimo dijo...

Por cierto, la mayor parte de los liberales no considera importante que esas personas actuen siguiendo su interés personal. Eso lo dan de facto, y lo que piden es que se les deje hacerlo.

Y por interés personal nos referimos a, simplemente, lo que la persona quiere. Sea un televisor, sea ver un concierto, sea curarse el cancer, sea comprarle una bicicleta a su hijo, sea ir a la iglesia, sea decir loqueras, sea donar sangre gratis, sea abrir una fundación que lucha contra la tuberculosis sin fines de lucro. Lo que sea.